Una escritora que ha sido muy feliz, y una escritora muy ocupada.
De Miami tengo tanto que contar que voy a escribir un libro. Y si tengo tiempo, dentro de dos semanas, algún post. Pero ahora mismo, vivo sin vivir en mí, y es tanto trabajo el que adeudo que si muero no será que muero; si muero es porque me matan.
Señor juez, le aviso. Si desaparece el disco duro de mi ordenador y aparece mi cuerpo más que duro, rígido e inerte, habrán sido aquellas ante quienes soy deudora: las editoras.
En la imagen, de Lewis Hine: yo (ya ven lo joven que sigo pese a mi cumpleaños), que ni me vuelvo para la foto por no interrumpir el trabajo. Ya sigo.
3 comentarios:
Venga, ¡ánimo con todo ese trabajo!
Begoña, déjate de coplas y de entretenerte en las minas, que luego no tienes tiempo de hacer los deberes (que diría una mamá-editora desalmada...).
En serio, mucho mucho ánimo, de corazón. Besotes
Lamar (alias la Odiosa editora)
"Y esta mujer" me ha recordado a Dámaso Alonso en "Hijos de la ira". Pero sólo ha sido un tic literario como los tuyos. Me alegro de tu alegría.
Publicar un comentario