Por cierto, ahora sigo con esto, pero este fin de semana me contó mi prima que nacemos con los óvulos, o los ovocitos, contados (creo que esto es algo que debería haber sabido, pero no tengo por costumbre avergonzarme de mi ignorancia en el instante en que la dejo atrás). Y esto, que parece tan asombroso, me lleva a preguntarme: ¿tendremos también ideas contadas?
En fin, a lo que iba, el detonante de una de esas ideas no sé si predeterminadas o renovables, han sido estas palabras que pronunció la Reina ayer en Viena al inaugurar la exposición de Velázquez:
"No pueden imaginar lo especial que es para mí estar hoy aquí y no sólo* porque es mi primer viaje en solitario al extranjero como Reina de España.""No pueden imaginar". ¿Se puede ser más provocadora? Y por si uno se imaginaba lo obvio (lo del primer viaje en solitario), va y lo niega. Frío frío. Y luego habló de "nuevas incorporaciones familiares". En los cuadros de Velázquez, vale, y matrimoniales, pero...
Claro, como yo me he pegado el fin de semana hablando de reserva ovárica con mi prima, he pensado que la Reina, además de leer un discurso en alemán y en inglés, ese día había leído en perfecto castellano, en la pantalla de un ClearBlue digital, "embarazada 1-2".
Pero eso son cosas mías.
Cosas mías que escribo aquí para que si el tiempo me da la razón, pueda dármelas de listilla, claro.
En fin, es harto improbable que acierte, ni tampoco lo pretendo. Solo pretendo demostrarles el estado en que me hallo. Desde que me inscribí al NaNoWriMo, lo de escribir una novela en un mes, estoy que ni pinchándome Gonal: tengo cientos de ideas más que en condiciones normales. Vamos, que como haya nacido con un número determinado, no podré inscribirme a dos Nanowrimos más porque fijo que este noviembre ya gasto la mitad. Pero claro, ya solo por eso, por esta insólita estimulación creativa, vale la pena.
¿Se apuntan? Aún tienen tres días para hacerlo.
En este punto, he oído un chasquido proveniente de la cocina. He ido corriendo y he visto lo que había pasado. Había puesto a cocer un huevo para hacerme una ensalada con tomate rosa, bonito y huevo duro y se me había olvidado por completo. Ya no quedaba ni gota de agua y el huevo ha petado. ¡Huevo! ¡Ovum! ¡Óvulo! Esto es una señal fijo, pero no sé de qué. Lo que sí sé es que tengo que tirar a la basura la cazuela y hacerme un bocata ahora mismo porque también se me ha olvidado comer y ya es la hora de ir corriendo a por el niño. ¡Y aún no ha llegado noviembre, que es cuando empezamos a escribir de verdad! Esto va a ser terrible. Por cierto, podrían plantearse el NaNoWriMo como una dieta. Mi hermana fue al Himalaya para adelgazar...
Hala, no me rompo la cabeza buscando imagen que tengo que hacer un bocata a mi hijo, otro a mí y salir ya. Allá va una de "No pueden imaginar..." y santas pascuas.
(Comprenderán que el lamentable título de este post también es fruto de la precipitación. ¡Ay, madre! ¡Qué llegaré a escribir en NaNoWriMo por la precipitación!)
*¿Vieron? ¡La Casa Real, en un insólito ejercicio de rebeldía ante la también Real Academia, sigue tildando "solo"! ¡Ole!