martes, 1 de octubre de 2013

Te hablo a ti

Te lo digo mirándote a los ojos. Y te lo digo de tú -te extrañará si sueles venir por aquí-, porque el silencio es lo único que me apea del usted, y voy a hablar de eso.
El otro día asistí a un silencio institucional. Era en el Pleno de las Cortes, de Aragón, claro (me estoy volviendo muy local). Un minuto de silencio por el fallecimiento de José Atarés.
Ahí estaban los del tendido mirando a los árbitros, los árbitros mirando al tendido, un secretario mirando al gallinero, los del gallinero mirando al tendido y a los árbitros, y de repente, un leve movimiento gallináceo de cuello y todos miramos hacia otro sitio, los diputados mirándose las puntas de los pies, la mesa sobre la que reposan sus móviles, sus iPads, sus papeles... y luego, gallinas de cuello bamboleante, de nuevo hacia la Mesa, hacia el techo, hacia la Cámara, hacia la puerta de enfrente... Porque un prolongado silencio rodeado de gente es un campo de minas. En un largo silencio  no se sabe hacia dónde mirar pero se tiene muy claro dónde no mirar: a los ojos. Un silencio largo mirando a los ojos de alguien solo puede acabar en un beso o en una bofetada, y no son las Cortes un lugar para eso. O sí.
Y luego está lo contrario, hablar, parlotear incesantemente, a los ojos de nadie. Lo estoy haciendo en una de las experiencias de formación más estresantes que he vivido. Imparto un taller a distancia sobre planes lectores de centro. Mis alumnos me ven a mí. Yo no les veo a ellos. No sé si están. No sé si les aburro o les aturdo. Hablo hacia mi propio ordenador. Es incomodísimo. Me da dolor de cabeza.
Es raro que me resulte tan incómodo. Debería estar acostumbrada. Al fin y al cabo, me dedico a eso.
Te hablo a ti sin verte los ojos. A veces confundo tus ojos con los míos. Soy escritora.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Oro, me chiflas. Oye, una curiosidad...¿a quién dedica usted su último libro? amigos, familia...

¡Suertudos!

Un fan.

La Oro dijo...

¿Se refiere a mi último libro publicado? ¿A "Croquetas y wasaps"?
Ya ve que me hago de rogar, pero prometo dar cumplida respuesta si me aclara esta duda.

La Oro dijo...

Bah, supongo que sí, que se refiere a esa tropa "de Yarza" que aparece en "Croquetas y wasaps". Pues sepa que ni amigos ni familia, o sí, ambas cosas a la vez. En rigor son... ¡vecinos! En definitiva, personas a las que uno no elige, como la familia, pero que, como los amigos, siempre están ahí. Suertuda soy yo por tenerlos de vecinos.
Y muchas gracias, Anónimo. Andaba yo necesitada de cariño y su no-silencio me ha alegrado el día.

Sam Fisher dijo...

Ya imaginaba que sabías que el silencio es un arma de doble filo. Me encanta "a veces confundo tus ojos con los míos". El dolor de cabeza se pasa a veces y, sin mirarte, te diré que tus ojos siempre hablan. Un beso otra vez.