Me esperaban en la biblioteca, como pajarillos posados en cables de electricidad. Parecían con ganas de escuchar. Aposté fuerte. Saqué un libro con el poema de Prévert Para hacer el retrato de un pájaro. Se lo bebieron como pájaros sedientos. Les leí luego el principio de una novela mía. Las suyas eran las primeras orejas que lo escuchaban. No salieron en desbandada. Escuchaban tan bien que pensé ¿y si traemos aquí a un poeta persa del siglo XII? Y allá que leímos después El coloquio de los pájaros de Attar, en versión de Sís. El cuento habla de unos pájaros que emprenden el vuelo para encontrar al rey que tiene todas las respuestas. El viaje es duro y largo. Pero al final –déjenme que se lo chafe–: “Al final, treinta pájaros, unidos por su búsqueda común, encuentran a su rey. Y descubren que ellos son el rey Simurg y que el rey Simurg es cada uno de ellos y todos ellos”. Calculo que allí estábamos treinta, treinta que, durante una hora, volamos juntos. No sé contarles lo bonito que fue.
Este texto se publicó el 22 de abril en el Heraldo Escolar. Apareció junto al testimonio de otros autores e ilustradores que también tuvieron el privilegio de participar en el Maratón de Cuentos del CEIP San José de Calasanz, en Zaragoza. Yo estuve con los alumnos y alumnas de cuarto de Primaria, y fue como les cuento. Se me quedaban cortos los caracteres y las palabras para expresarlo bien.
La imagen, obviamente, no es de mi participación en el maratón. Es de otra ocasión para la que tampoco encuentro palabras, de otra vez que volé. Tampoco iba sola. Éramos menos de treinta pero también volamos juntos. Fue en Nepal. Déjenme que presuma ahora de aquella bandada.
2 comentarios:
Descubrirán los "rubaiyat"?
Bien sabes tú, porque lo pones en práctica, que los alumnos descubren lo que les eches, con tal de que se lo eches con pasión y confianza.
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