Hace poco comentaba con una editora mi fracaso como creadora de ficciones para I., mi hijo. No supe mantenerle la ficción monárquica-mágica más allá de los siete años. Como comprenderán, los roedores de apellido común y los barbudos rechonchos de rojo y blanco cayeron detrás. Ya ven, como madre literata soy un fiasco.
Ayer me llama la madre de M., un compañero de clase de I., para contarme que mi hijo ha preparado una tinta venenosa y tiene un plan criminal. "Va a matar a alguien, mamá", se ve que ha advertido M. en casa. Me salva del soponcio el hecho de que I. ya me había comentado la semana pasada lo de la tinta y lo de que M. se lo había creído. Los planes criminales la verdad es que no me los había detallado. La madre de M. y yo nos reímos del asunto y acordamos que los niños hablen entre ellos. I. explica que todo era mentira para que M. pueda dormir y comer tranquilo. Al parecer, el miedo a ser envenenado le hacía mirar la comida con desconfianza últimamente. (Me temo que esto no es mérito exclusivo de mi hijo; se ve que M. es un experto en generales cartagineses y emperadores romanos.)
"¡Cómo voy a matar a alguien, M.! ¡Con nueve años!", oigo que dice I. Por un lado pienso que I. no ha oído hablar de Sierra Leona y por otro, me entra la duda de si acaso le parecerá que a partir de, pongamos, los dieciocho años es un plan plausible.
"Lo que pasa", sigue explicando, "es que te dije lo del veneno, y yo no pensaba inventar nada más, pero como te lo creíste, lo saqué adelante". Así dice: "lo saqué adelante".
Y yo inventando diálogos de la pandilla de la ardilla y contando palabritas en NaNoWriMo.
Me retiro.
Que escriba mi hijo.
Imagen de Vivian Maier.
6 comentarios:
Oye, y cómo vas en el NaNoWriMo? Yo he escrito más de notas de argumento que de "la cosa" en sí misma... Un desastre!
Pues voy, voy. A trancas y barrancas, pero ya llevo más de 13.000 palabras. Ahora, eso sí, malas de solemnidad. ¡Ánimo! ¡Menos notas y más palabreo!
Voy! :)
¿Un plan susceptible de tener pausa?
¡Maldición! ¡Me pillaste!
Grrrr... acias.
(Para los lectores del comentario que, después de leer mi texto, no sepan a qué se refiere Sam. Resulta que yo había escrito "plan pausible" en vez de "plausible". Como comprenderán, en cuanto he leído el comentario, he corrido corrida (en segunda acepción de la DRAE) a corregir la entrada.)
Un día de estos, mientras comentamos por teléfono los diálogos de la pandilla de la ardilla, te contaré lo que supe hace muy poco que andaba contando mi hijo pequeño. Al parecer su abuelo, su tía y su primo habían muerto en diferentes y terribles accidentes de tren. La repanocha.
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