jueves, 18 de septiembre de 2014

Vilas y yo

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"Es directo, apasionado, fresco, muy bueno."
No se refería a un yogur de mango, ni a Andrés Velencoso, ni a Live at the Apollo. Se refería a ¡Buenas noches, Miami! Y lo decía Vilas, Manuel Vilas, en un correo electrónico que me mandaba a mitad de lectura.
Entonces respiré, cosa que a menudo olvido hacer.
Mira que le había mandado el libro en pdf para que tomara una decisión informada pero, antes de leerlo, Vilas ya me había dicho que sí, que lo presentaría encantado. Hacía unos meses, Vilas y yo habíamos acabado encerrados juntos en un baño de un bar de Bujaraloz, pero eso Vilas no lo sabía. Lo que recordaba, y por lo que me dijo que sí, es que yo, hacía unos cuantos siglos, había dado clase a su hijo. Además Vilas, así me lo dijo, era un gran admirador de mi tío. Pero yo estaba temblando. Porque quería que si presentaba mi libro fuera porque le gustaba el libro, no porque le gustara mi tío.
Menos mal que le gustó (mi libro). Le gustó más que a mi padre.
El otro día, en la presentación, dijo cosas muy bonitas. Dijo que yo era "una narradora brillante", que escribía "con la difícil sencillez de los buenos narradores". Dijo que transmitía alegría y que mi libro "daba alegría de vivir". Dijo que mi mirada era "muy luminosa, y muy humana". Y dijo, y no sonaba cínico, que en épocas de crisis estaba muy bien que alguien mirara la vida así.
Me hizo gracia que dijera esto.
El mes pasado hice un interesantísimo curso de enseñanza de ELE (español como lengua extranjera). Al final del curso, por grupos, teníamos que preparar una clase. En mi grupo ideamos una clase de presentación basada en un fragmento del poema Yo soy así, de mi Gloria Fuertes. Al final, les pedíamos a los alumnos que escribieran su propio Yo soy así. Nosotros, que íbamos de profes, no hicimos el ejercicio. Hoy lo puedo hacer y sale así:
Soy tímida, y no lo parece.
Me cuesta escribir, y no lo parece
(pero los escritores y los lectores avispados sí se dan cuenta).
Soy humana, y sí lo parece.
Soy triste, y no lo parece. (Y me alegro.)
Soy así...
pero no me dejan.
Y ustedes, ¿cómo son?

Gracias, Vilas, y gracias a los muchos que no dejasteis que estuviera sola ante el peligro. Gracias a quienes trajisteis cámaras de fotos, escayolas, ganas de reír, flores y carteras llenas dispuestas a vaciarse (hubo incluso una booktuber que compró el libro, y eso que es carísimo y finísimo y no es fantástico ni va a tener adaptación cinematográfica pero ¡ey! ¡dijo Vilas que su ritmo era trepidante!).
Fue muy bonito, fue luminoso. Fue alegre.

En la imagen: Vilas y yo, un divino y una humana, un oscuro y una luminosa, together, ni tristes ni alegres, solemnes, camino del éxito. O de la salida. Es que nos hacemos un lío con el inglés.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Oro, el paso del tiempo te sienta bien. Cada día te pareces más a Grace Kelly.

La Oro dijo...

Gracias, Anónimo. Recuérdeme que no le deje a mi hijo llevarme en coche.

Sam Fisher dijo...

Sí, también es luminosa tu mirada.
Y el oxímoron que Vilas te dedica me parece acertadísimo.
Un abrazo.

La Oro dijo...

Gracias, Sam Fisher.
¿Puede ser que mi luminosa mirada se perdiera el momento en que os fuisteis? :-(