A la princesa le ha gustado. Pomelo y limón, digo. Mucho. Me lo dijo entusiasmada. Y se notaba que era verdad: que lo había leído y que le había encantado. ¡Se lo sabía de pe a pa, de piscina a bufanda! O eso creí entender, porque cuando uno está en las nubes, las palabras llegan amortiguadas y algodonosas.
Pero que ella, doña Letizia, escogiera acabar su discurso citando un fragmento del final del libro ("Los recuerdos están hechos de palabras; la vida está hecha de palabras.
No puedes cambiar lo que te ha pasado, pero puedes escoger las palabras
para contarlo"), un fragmento que habla de uno de los temas menos obvios pero más importantes de Pomelo y limón -la resiliencia y la narratividad-, me lleva a pensar que sí, que entendí bien, y que ella entendió aún mejor.
Y ahora que llega el momento de la verdad, el momento de los lectores, el momento en que se construye realmente un libro (con su lectura), me asalta la gran duda:
¿Será Pomelo y limón un libro solo para princesas?
¿Gustará también a los sapos?
Bien pensado, si la respuesta a la segunda pregunta es "no", siempre puedo dedicarme a dar besos...
4 comentarios:
¡¡¡Qué ilusión, Alba!! ¡¡Tanta como lo de la princesa, no creas!!
Yo sé que me va a gustar... el lunes cuando empiece a leerlo, te cuento. Pero ya te digo. Lo sé: me va a gustar.
Besotes grandotes
¡Gracias, Mai! Y que conste que te dejaría los zapatos azul klein aunque no te gustara... ;)
Hola Oro, igual hasta ni lo lees, pero acabo de releer tu libro "POMELO Y LIMÓN". He de admitir que al principio no lo entendí mucho... pero ME ENCANTAA!!!
Llego un poco (mucho o quizas demasiado) tarde pero no estpy nada (PERO QUE NADA!!!) de acuerdo con A. (pero si y mucho con M. !!!
Gracias por esta magniiiiifica novela. Gracias,gracias,gracias, ngracias,gracias,gracias, gracias, gracias, gracias, gracias,gracias,muchas muchas muchas! ;)
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