viernes, 31 de marzo de 2017

Recetando felicidad

Lo he vivido como lectora (¡Harry Potter!), traductora (¡Junie B. Jones!) y ahora, como autora: la mayoría de las veces, en una colección dedicada a un personaje, cada título va a mejor. Es una regla, claro, que tiene excepciones. Pero diría que en general, lejos de cansarse, el creador de un personaje se va encariñando con él, lo va haciendo más suyo a cada libro. Supongo que la cosa tendrá un límite, pero yo aún no he llegado a él. Lo digo porque pienso todo esto al recibir en casa la caja con los ejemplares del título más reciente de la serie La pandilla de la ardilla: Rasi busca casa.
Me alegra comprobar que no estoy sola. Dice con razón Dani Montero, el ilustrador de Rasi, en la sección aquella de "Te cuento que...":
Te cuento que a Dani Montero son muchas las cosas que le hacen sentirse bien. Por ejemplo, cuando está frente a su mesa de dibujo, creando pequeños universos con sus nuevos personajes e historias, se siente muy bien. O cuando termina un trabajo con la sensación de que ha quedado bonito (como le sucedió con este libro).
Ya lo creo que le quedó bonito. Y además, de eso trata Rasi busca casa, de las cosas que nos hacen sentirnos bien. O, más precisamente, de cómo a veces, de forma tan bienintencionada como desastrosa,  intentamos imponer nuestro modelo de felicidad a los que nos rodean, sobre todo a nuestros seres queridos. El libro es un eco de todas esas veces en que endilgamos a los demás nuestra receta de la felicidad y decimos: "¡Lo que deberías hacer es... salir más / leer / hacer deporte / punto / meditación /..." cuando es a nosotros a quienes nos hace sentir bien salir / leer / hacer deporte / punto / meditación...
Nos ponemos muy pesados y al final provocamos culpabilidad y frustración, porque ante las buenas intenciones es más difícil decir "no". Pero miren, ahora pueden decirlo, sutilmente y con el amor que merece ser dicho, regalando este libro. ¡Próximamente en su librería de confianza!
¿Que no tienen una librería de confianza? ¡Lo que deberían hacer es...
Bah, no me hagan caso.
Menos en lo de regalar mi libro.

En la imagen, de Willy Ronis, madre (sí, el marido debe de ser muy rubio, muy rubio) de paseo con sus hijas después de decir a la mayor: "¡Lo que deberías hacer es salir a la calle!". Las pequeñas lo está pasando en grande. La mayor está pensando: "Con lo bien que estaría yo en casa leyendo". Pero ¿y la vitamina D? ¿De dónde la sacas, nena? ¿De un sol de Eric Carle?

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