sábado, 21 de diciembre de 2013

Loca Navidad

Estaba tan poco navideña que iba a ponerles una foto de Mr. Scrooge antes de que descubriera que los labios también pueden curvarse hacia arriba, escribir bien grande "PAPARRUCHAS" y quedarme más ancha que larga, lo que en mi caso tiene mucho mérito.
Pero hoy he leído en El País que un grupo de expertos ha considerado que mis Croquetas y wasaps merecen estar entre los 10 mejores libros juveniles del año, y me ha dado un subidón. Así somos los escritores, volubles como la donna aquella. Aun así, como no es tan fácil sacarme del modo "paparruchas" (no tengo derecho, no tengo perdón), he pensado: "ya vendrá el bajón, ya".
Pero entonces, ¡oh, entonces!, me he ido a la plaza del Pilar y he bajado por el tobogán gigante de trineos y... Creo que mis gritos se han oído desde la plaza de España. Que vengan bajones como esos.
Mientras bajaba, mi hijo me esperaba apoyado en la valla. "Mira esa loca", me ha dicho que ha comentado el que estaba a su lado. También me ha dicho: "yo no le he dicho que eras mi madre". Pero mientras subía por la cuesta, mi hijo me seguía con la mirada sonriendo.
Y eso precisamente les deseo: algo que les haga gritar de contento, una loca Navidad, en la cuarta acepción de locura que da la RAE ("exaltación del ánimo o de los ánimos, producida por algún afecto u otro incentivo").
Una loca Navidad,
"afectos u otros incentivos" que se la produzcan,
y seres queridos sensatos que les acompañen en su locura, fingiéndose avergonzados, orgullosos en el fondo.

En la imagen: Mr. Scrooge, el personaje de Canción de Navidad (versión de 1938), en un momento loco de felicidad familiar, realizando sus primeras prácticas de sonrisa.

1 comentario:

Begoña R. dijo...

¿Hasta cuándo decías que estaba puesto el tobogán gigante de trineos?

ENHORABUENA.