jueves, 14 de noviembre de 2013

Gloria

Gloria Fuertes fue una poeta muy famosa. Salía casi todos los días en la televisión. ¡Una poeta en la tele! Fue tan famosa que hasta la imitaban los humoristas. Mucha gente la conoce, o cree conocerla, pero Gloria Fuertes es mucho más que esa figura televisiva. Fue una mujer muy valiente, buena e inteligente que se enfurecía con la injusticia. “Yo no puedo pararme en la flor, / me paro en los hombres que lloran al sol”, decía.
No tuvo una infancia fácil. Como cuenta ella: “A los nueve años me pilló un carro / y a los catorce me pilló la guerra”. También decía: “Tengo un poema aquí dentro / que me duele y no sale”. Pero al final transformó el dolor en poesía, y se esforzó especialmente en hacer reír a los demás. “Reír es como si como / -alimenta más que el lomo.” “Pero el mejor alimento / es que siempre estés contento.”
Aunque escribió libros maravillosos para mayores, como Mujer de verso en pecho, casi toda su obra es para niños: “No es todo hacer una poesía para el pueblo, / sino un pueblo para la poesía, / por eso escribo para el niño / y para el adolescente / que pronto serán el nuevo pueblo decente.”
Además de poeta, fue gorda y niña. No lo digo yo; lo dice ella: “Soy más pacifista que artista / más humanista que feminista. / Soy tímida y no lo parece, / soy poeta y sí lo parece, / soy gorda y sí lo parece, / soy soltera y no lo parece, / soy viuda y sí lo parece, / soy una niña y no lo parece.”
Como este año se cumplen quince años de su muerte, se han editado varios libros sobre ella como Mi primer libro sobre Gloria Fuertes o Gloria Fuertes, poeta para todos. No dejes de leer sus cuentos en verso. Seguro que te ríes, y como decía Gloria: “Quien ríe de día / duerme bien de noche”.

Este texto apareció publicado en Heraldo Escolar el 6 de noviembre de 2013. No es la primera vez que aparece Gloria Fuertes por este blog. Puede que no sea la última. Es lo más parecido a un ídolo que tengo.
En la ilustración, de Esther Gómez Madrid, Gloria.

1 comentario:

Sam Fisher dijo...

¡Qué alegría vivir en los pronombres... ¡Ay! no, que es Salinas. No sabía cómo contarte un secreto. En mi adolescencia me enamoré de Cernuda y de Aleixandre y, entre pasión y pasión, descubrí versos únicos de Gloria que nunca dije a nadie(me pasó también con Celaya). Y, años, muchos años después, leí cientos de versos de Gloria a mi hija. Qué alegría recordar que mis descubrimientos no fueron una parte del olvido.